Ivette Durán Calderón
La poesía ha sido y es tema de estudio y constante preocupación filosófica porque pretende enlazar la cuestión de la autoría con la creación artística y encontrar el punto de unión o separación entre lo que la obra pretende manifestar y aquellos medios de expresión a los que el poeta-artista recurre.
Cuando la poesía ilumina sectores de lo real, oculta otros, permaneciendo siempre la constante necesidad de creación de caminos explicativos sobre lo real. En esta producción de claro –oscuros, a decir de Carmen Romano Rodríguez, “es posible notar que “algo” ha quedado a oscuras (por su ausencia como en los huecos de un rompecabezas o puzzle), o bien como diría Ortega – cuando al notar su ausencia lo extrañamos-“, un “algo” que, dando sentido y unidad a la cosa, no ha sido comprendido –iluminado- en su radicalidad absoluta, del cual, sin embargo, se tiene una cierta experiencia. Opinión de los filósofos: – Precomprensión- diría el alemán Martin. Heidegger. –Vital- diría José Ortega y Gasset. – Una percepción diría el francés Maurice Merleau-Ponty.
En el lenguaje poético, en la poesía ese “algo” permanece como un candil que al iluminar, despeja sombras; porque la poesía continúa diciendo Paz “…designa algo que está más allá de la realidad que la origina, algo nuevo y distinto que los términos que la componen”.
El hombre crea mundos a través de la pluma y su pensamiento, los transmite a través de la palabra oral o escrita y en palabras de Heidegger: “ El habla no es un instrumento disponible, sino aquel acontecimiento que dispone la más alta posibilidad de ser hombre” (refiriéndose al ser humano, hombre o mujer).
No nos referimos solamente a la correcta construcción discursiva, sino a todo lo que tiene que ver con la dimensión ontológica del lenguaje y sus alusiones. Alusiones en las que nos sumerge la poesía, porque va más allá del lenguaje artificial, ya que antes de aclararnos las ideas, la poesía abre las dimensiones del ser de lo real.
En palabras de Heidegger, “ la poesía no es un adorno que acompaña la existencia, ni sólo una pasajera exaltación ni un acaloramiento y diversión””Es ante todo una experiencia estética en palabras de Adorno”.
Pues bien, ratificando el pensar de Romano Rodríguez “la evidencia concreta de la poesía son los poemas” en la apertura lograda por los poemas, la apertura filosófica también encuentra su nutriente fundamental, la luminosidad de su ultimidad más radical.
Deshaced ese verso (fragmentos)
(León Felipe) Felipe Camino Galicia de la Rosa (España, 1884-1968)
"Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso, es la poesía….”
El término poesía metafísica se aplica descriptivamente a un tipo de poesía que se ejemplifica en la obra de John Donne y otros poetas ingleses contemporáneos, conocidos así como “Los Poetas Metafísicos”. Este género fue cultivado en la Europa del siglo XVII, por lo que está incluido dentro del periodo barroco. Varios poemas de Francisco de Quevedo se consideran ejemplos de este tipo de poesía dentro de la literatura española.
La poesía metafísica surge de la necesidad de expresar las paradójicas cualidades de la experiencia humana, esto es, lo contradictorio, lo irremisiblemente opuesto tanto en la naturaleza humana como en la vida cotidiana; lo transitorio de la pasión amorosa; la dualidad alma-cuerpo; etc. Esta poesía se caracteriza por la mezcla de pasión y pensamiento, de sentimiento y raciocinio, y en ella el pensamiento se convierte en una experiencia que modifica la sensibilidad. Es una especialidad que algunos comparan con la poesía conceptista del Siglo de Oro español.
En la poesía metafísica el impulso poético inicial es la preocupación del poeta por los problemas metafísicos, que son entrevistos en cualquier aspecto de la vida cotidiana; lo que es relevante en esta poesía no es el tema sino la manera de enfocarlo.
Los temas propiamente metafísicos son, fundamentalmente, la unión del espíritu y el cuerpo, el misterio de la unión de dos seres por el amor y la contingencia del hombre unida a su inmortalidad.
La crítica que originalmente abordó la descripción de este tipo de poesía (James Smith, Herbert J.C. Grierson y T.S. Eliot) subrayó que no debía confundirse con la poesía filosófica, caracterizada únicamente por la meditación sobre temas filosóficos.
El doctor Samuel Johnson llamó en el siglo XVIII metaphysical poetry o poesía metafísica a la practicada por un grupo de poetas ingleses barrocos del XVII que se singularizaban por practicar una poesía meditativa y filosófica sobre los problemas de la muerte, el tiempo, Dios y el amor, y entre los que destacaban especialmente John Donne (1573-1631), George Herbert, Richard Crashaw, Andrew Marvell, Henry Vaughan y Thomas Traherne.
Los méritos intrínsecos de esta lírica fueron reivindicados en tiempos modernos por los trabajos críticos de Herbert J. C. Grierson y T. S. Eliot. En 1948 fue traducida al español por vez primera una primera antología de metafísicos ingleses, revisada y algo ampliada en 1970 por Barral Editores. Este grupo de poetas influyó en las plumas españolas de Luis Cernuda o José Ángel Valente. Compartían un interés común en ciertos temas metafísicos y un enfoque similar al abordarlos. Sus versos rigurosos y energéticos se orientaban más a capturar la razón que las emociones, descartando la intuición y el misticismo en favor de la discusión racional.
Los poetas metafísicos más reconocidos fueron: John Donne, George Herbert, Andrew Marvell, San Robert Southwell, Thomas Traherne, Henry Vaughan, Filan (Jonathan mar De Santiago Flores). En un segundo grupo tenemos a: Thomas Carew, Abraham Cowley, Richard Crashaw, Edward Herbert, Richard Lovelace, Katherine Philips, Sir John Suckling, Richard Leigh
Fue Samuel Johnson, el primero en denominarlos “poetas metafísicos” en su Lives of the Poets (1744), aunque John Dryden ya había señalado, cincuenta años antes, la "metafísica" presente en la poesía de Donne. El grupo llegó a tener una marcada influencia en la poesía del siglo XX, a través de la obra de T.S Eliot, The Metaphysical Poets (1921).
Éxtasis (fragmentos)
John Donne (1573-1631)
…“Si alguien, tan refinado en el amor
que comprenda el lenguaje de las almas,
y que por el buen amor se hiciera todo espíritu
se detuviera a distancia conveniente,
podría (aún sin saber qué alma hablaba,
porque ambas decían, ambas significaban lo mismo)
hallar un nuevo elixir
y partir más puro que cuando aquí llegó”…
Holy Sonnets: I
Thou hast made me, And shall thy worke decay?
Repaire me now, for now mine end doth haste,
I runne to death, and death meets me as fast,
And all my pleasures are Iike yesterday;
I daré not move my dimme eyes any way,
Despaire behind, and death before doth cast
Such terrour, and my feeble flesh doth waste
By sinne in it, which it t'wards hell doth weigh;
Onely thou art above, and when towards thee
By thy leave I can looke, I rise againe;
But our oíd subtle foe so tempteth me,
That not one houre my selfe I can sustaine;
Thy Grace may wing me to prevent his art,
And thou like Adamant draw mine iron heart
Sonetos sacros: I
Tú me has hecho, ¿y tendrá tu obra que decaer?
Repárame ahora, pues ahora mi fin se apresura.
Corro hacia la muerte y la muerte me encuentra con igual premura,
y todos mis placeres son como el ayer.
No oso mis débiles ojos en dirección alguna mover,
la desesperación detrás y la muerte delante producen
tal terror, y mis débiles carnes se consumen
por el pecado en ellas, que hacia el averno las hace caer.
Sólo Tú estás arriba y cuando hacia Ti
con tu licencia puedo mirar, otra vez puedo levantarme;
pero nuestro sutil enemigo tanto me tienta a mí
que ni una hora puedo sustentarme.
Tu Gracia puede darme alas para evitar su arte
y Tú, cual imán, puedes mi corazón de hierro llevarte.
Fuente: Grafilia/ Wikipedia/Biografías célebres/ Poems by Donne and Keon/Arch. Privado Durán-Capel
Magistralmente explicado.
ResponderEliminarBesos, José