Eduardo Haro Tecglen fue su subdirector, y uno de sus más importantes columnistas, desde 1968 a 1980. Haro Tecglen (1924-2005) fue un republicano convencido que, tras la victoria nacional, tuvo que hacerse pasar por falangista convencido (como él mismo aseguró años después) para poder salvar la vida de su padre. Pero este periodista y escritor pronto se convirtió en uno de los críticos más feroces del franquismo, siempre desde la comedida prudencia que aconsejaba la situación política española de la época. En Triunfo coincidió con Luis Carandell (1929-2002) por primera pero no por última vez (ambos eran colaboradores del programa radiofónico La Ventana, en la cadena SER, hasta poco antes de su muerte), uno de los más lúcidos cronistas del fin de la dictadura y de la transición democrática. Carandell, que fue cronista parlamentario, corresponsal en el extranjero e incluso presentador del telediario de TVE ya en los años 80, es muy conocido por su sección en Triunfo, denominada Celtiberia Show, y que sería recogida a posteriori en volúmenes recopilatorios de gran éxito. Lo que en aquel entonces a Carandell le parecía digno de ser tomado a broma de la España de la época, hoy, cuarenta años después, es simplemente hilarante. Sus recopilaciones, hoy descatalogadas pero aún disponibles en librerías de segunda mano, son imprescindibles para comprender la idiosincrasia de aquellos años.
Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003), conocido sobre todo por su personaje Pepe Carvalho, también fue un asiduo de Triunfo en aquellos años, siendo muy populares sus artículos políticos en los que introducía personajes de ficción que daban enfoques novedosos a hechos reales.
Habría que citar a otros conocidos colaboradores: el hispanista Ian Gibson participó, ya a finales de los 70, con varios artículos sobre Federico García Lorca. También en aquella época tardía apareció por primera vez en Triunfo el filósofo Fernando Savater. Fueron también colaboradores el ensayista César Alonso de los Ríos, José Luis Abellán o Diego Galán, entre otros.
La nota curiosa, en referencia a Gibson, fue el ardid que el director de Triunfo, el incombustible José Ángel Ezcurra, ideó en 1971. Aunque la obra de Gibson La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca, publicada, cómo no, por Ruedo Ibérico en Francia, era una obra prohibida en España, Triunfo la nominó para los Premios Internacionales de la Prensa, en los que participaba junto con otras publicaciones como The Observer, Newsweek, L´Espresso, Le Noveul Observateur o Der Spiegel. Gibson ganó el galardón, por cierto.
Desde 2006 se ha ido digitalizando aquel importante semanario, que está ahora disponible en la red para disfrute de todos los que, por edad, no pudimos conocerlo, además de para los nostálgicos que sí pudieron tener en sus manos una de las publicaciones más importantes de la historia del periodismo español./Lecturalia/LIVDUCA
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